Título: La Ladrona de libros
Autor: Markus Zusak
Editorial: Lumen
El libro se titula “La ladrona
de libros” y su autor es Markus Zusak, un joven escritor que vive en Australia.
Se inspiró en que sus padres vivieron en Alemania y Austria durante la segunda
guerra mundial para escribir este libro.
Resumen:
El libro comienza con un
prólogo en el que la narradora se presenta. Con lo que dice, te puedes dar
cuenta que la narradora es la muerte. La muerte es fría, pero también es
sincera y no le gusta mucho su trabajo. La muerte es una narradora omnisciente
que sabe todo lo que ocurre en la historia y además de contarla la explica y
nos adelanta algunas cosas.
Dice que ella vio a la ladrona
de libros en tres diferentes ocasiones, que explica con poco detalle para luego
contarnos la historia.
Liesel Meminger es una niña de
nueve años que vivía con su madre y su hermano en la Alemania nazi. Su padre
era comunista con lo cual, perseguido, y su madre llevaba a su hermano y a ella
en tren a una población llamada Molching, cerca de Múnich, para dejarlos en una
familia que les acogiera. El hermano de Liesel murió en el viaje y celebraron
el entierro antes de llegar al pueblo. Durante el entierro Liesel recogió del
suelo un libro que se le había caído a un aprendiz de sepultero, el cual cuidó
como a un tesoro.
Entonces llevaron a Liesel ya a
Molching donde se encontró con su nueva familia adoptiva, los Hubermann. Su
nueva madre, Rosa Hubermann era arisca, algo borde y bastante refunfuñona,
trabajaba lavando la ropa de la alcaldesa para mantener a su familia. En
cambio, su nuevo padre, Hans Hubermann era un hombre lleno de ternura y
honestidad, pintor de brocha gorda y aficionado a tocar el acordeón, que enseguida se ganó la confianza de la pequeña.
Rudy Steiner era el vecino de
Liesel, tenía doce años, él se había enamorado de ella y la seguía a todas
partes. Al principio Liesel pensaba que era un pesado, pero luego se fue
acostumbrando a su presencia y se hicieron buenos amigos.
En el colegio, mandaron leer un
texto a Liesel pero ella no sabía leer ni escribir, así que fue el hazmerreír
del curso hasta que aprendió. Su padre, Hans, fue el que le enseñaba y le leía
en alto todas las noches el libro que Liesel cogió en el entierro de su
hermano. Hans le dijo que el libro se llamaba “El manual del sepultero” y ella
aprendió rápido a leer y finalmente se leyó el libro entero sola. Hans había
creado un diccionario en las paredes del sótano, donde Liesel escribía las
nuevas palabras que aprendía.
La pequeña Liesel también tuvo
contacto con la alcaldesa, la cual la dejaba leer todo lo que quisiese en su
gran biblioteca. Se mantuvieron muy unidas ya que la alcaldesa estaba muy
solitaria después de haber perdido a su hijo. Este contacto y haber cogido un
libro en la quema pública de libros considerados peligrosos fueron los
acontecimientos que le proporcionaron el apodo de: “La ladrona de libros”.
Entonces Liesel se fue dando
cuenta poco a poco de lo que ocurría. Empezaron los movimientos de Hitler y la
ejecución de sus mandatos. Tropas nazis invadían las ciudades buscando a judíos
y comunistas, les pegaban y les quitaban lo que era suyo. Las tiendas de los
judíos fueron obligadas a cerrar porque no estaba permitido comprar en ellas.
Entonces todo sucedió de repente. La segunda guerra mundial. Los judíos eran
enviados a campos de concentración y castigados severamente. Entonces Max, un
judío al que Hans Hubermann conocía, que tuvo que dejar a su familia atrás para
poder salvarse, llegó a su casa amparado por un ejemplar de Mein Kampf, pidiendo ayuda. Él conocía
muy bien a su padre, que le salvó la vida antes de morir cuando fueron juntos a
la guerra y a quién pertenecía su acordeón. Hans aceptó, ya que le debía una al
padre de Max, pero era muy peligroso. Max se fue recuperando los primeros días
en la cama, donde le cuidaban y Rosa le hacía sopas caseras que a nadie le
gustaban. Cuando se fue recuperando le trasladaron al sótano, escondiéndole, para
mantener la casa más segura, del que solo salía por las noches para subir al
piso de arriba y charlar.
Liesel hizo muy buenas migas
con Max, hablaban todos los días y como Max no podía salir del sótano ella le
decía como era cada día y le describía el exterior. En seguida se volvieron
mejores amigos.
Cuando Liesel cumplió diez
años, Max no tenía qué regalarle así que arrancó y pintó varias páginas de su
libro Mein Kampf con pintura blanca
para poder escribir sobre ellas. Max le hizo una historia a Liesel, se llama El vigilante y tan solo ocupaba trece
páginas, fue ese su regalo de cumpleaños, el cual fue acogedor y emocionante
para la pequeña niña.
Liesel ya tenía trece años y la
familia celebró la Nochebuena en el sótano, se lo pasaron genial, e hicieron un
muñeco de nieve, bajando cubos llenos de nieve al sótano. Pero la nieve se
derritió y cuando al día siguiente la familia bajó a ver como se encontraba
Max, descubrieron que se había enfermado. Le iban curando y le cuidaban y
Liesel todos los días robaba libros para leérselo a Max.
Días más tarde, en la escuela,
la madre de Liesel fue a avisarla de que Max había despertado y ella se puso
muy contenta. Tiempo después Max se fue. Liesel estaba triste pero tenía que
continuar siendo fuerte.
Entonces pareció que todo se
acaba. Himmelstrasse, su calle en Molching, fue bombardeada. Las sirenas no
sonaron a tiempo y todo se destruyó. Rudy y su familia muerta. Rosa y Hans
tampoco consiguieron sobrevivir. Pero Liesel sí. Ella se había quedado dormida
en el sótano mientras escribía cuando todo sucedió. Cuando vio sus cuerpos
inertes, se le cayó en alma al suelo.
Entonces tuvo que seguir con su
vida. Alex Steiner, el padre de Rudy que había sido reclutado, le fue permitido
volver a su hogar, pero estaba todo destrozado. Él volvió a abrir la sastrería
y Liesel trabajó allí para poder sobrevivir y también con la ayuda de la
alcaldesa a la que le estuvo eternamente agradecida. Un día Max fue a verla y
se abrazaron y lloraron juntos cuando la encontró.
Y Liesel continuó con su vida,
teniendo marido, hijos y nietos en Sídney (Australia) y muriendo un día en el
que se encontró con la muerte misma, nuestra narradora, que se la llevaba en su
hora. Pero antes, ésta le entregó su historia, que estuvo perdida tanto tiempo:
La ladrona de libros.
Comentario del texto
Esta novela me ha encantado, me
ha enganchado muchísimo y además la historia es preciosa. Te hace sentir todo
lo que sienten los personajes, y te hace reír, llorar y disfrutar los momentos
que pasan, así como el miedo que a veces es constante.
Es una tragedia que muchos de
los personajes de gran importancia y mis favoritos murieran al final. Muestra
con veracidad los eventos que ocurrieron y las atrocidades que la Segunda
Guerra Mundial causó. Lo mal que lo pasaban los habitantes y el miedo y pavor
que sentirían todos ellos. Explica muy bien la injusticia hacia los judíos y
los comunistas y me ha conmovido sin duda la historia que este libro cuenta.
Está muy bien escrito y no se
te hace pesado por el hecho de que la muerte fuera la narradora (lo cual me ha
parecido muy original) y porque muchas veces te adelantaba sucesos que
intrigaban y te hacían leer más. Además, el libro, a pesar de ser sobre una
historia real, y espantosa, no está escrito de forma muy dura y se hace muy
llevadero.
Recomendaría esta novela a
cualquier persona porque es muy interesante, emocionante y a la vez
instructiva, ya que contiene hechos históricos. También he visto la película de
esta novela pero hay cosas que no son como en el libro.
Comentado por:
Ofelia Bardález Pérez.- 4ºB ESO
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Ofelia Bardález Pérez.- 4ºB ESO
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